Esta muestra recopila obras de artistas emergentes en el Espai d’Art Contemporani de la Barbera, dentro de la programación previa a la celebración de La Vila Vella el próximo 5 de octubre.

Los colores y el mar representados en diferentes lenguajes artísticos protagonizan la exposición “Els nostres colors”. Esta muestra recopila obras de los artistas vileros Hunter87, Leonardo Ahr, Laura Soler, Sandra Tortosa, Jaime (Mello) Llorca Soriano y Juan Durán (Rose), quienes dialogan con sus propios lenguajes artísticos y la identidad cultural de Villajoyosa.

Esta exposición, comisionada por el gestor cultural y miembro de ICOMOS, Antonio Cervera, parte del primer estudio del color de diez casas colgadas del río Amadorio realizado por el equipo del Gabinete del Color de Barcelona a cargo del arquitecto Joan Casadeval en 1994. Se trata de un proyecto expositivo que pretende no solo poner en valor la propia identidad vilera, sino también apoyar, promocionar e incentivar a los artistas emergentes.

Las obras de los seis artistas versan sobre los colores de las fachadas del centro histórico y del mar, por lo que el conjunto de ellas se vincula a la recuperación del patrimonio cultural y etnográfico marítimo de Villajoyosa. El Alcalde Marcos Zaragoza ha inaugurado esta exposición, que forma parte de las actividades previas a la celebración de La Vila Vella el próximo 5 de octubre.

 

Hunter87 se adentra en las profundidades del mar Mediterráneo para rescatar las historias de los marineros a través de un viaje, como si se tratase de los restos de un naufragio, representado en cuerpos tatuados que tienen mucho que contar. El hilo conductor es el agua del mar que baña las costas de Villajoyosa, no solo con la representación de un mar bravo sino incrustando en sus creaciones baldosas hidráulicas producidas por el propio artista. En esta serie el artista experimenta nuevas técnicas para realizar obras más complejas, llenas de matices y complejidad, no solo formal sino también conceptual.

Leonardo Ahr continúa trabajando con los pigmentos creados por el mismo analizando el espacio urbano del conjunto histórico. Su destreza en el manejo de los materiales y su estética, cada vez más depurada, enfatiza un lenguaje artístico donde indaga sobre la conectividad entre los objetos, las características dinámicas del espacio, así como las relaciones cromáticas con el movimiento. Sus piezas se conectan entre si armónicamente, conectando el espacio, sus elementos arquitectónicos y las personas que transitamos por él. En ellas se pueden vislumbrar las diferentes capas, superponiendo planos y huellas que van creando un entramado de elementos constructivos, líneas delimitantes y aquellos espacios negativos que se crean entre sí

Publicidad

MAS INFORMACIÓN AQUÍ ☝🏽☝🏽

Laura Soler en su serie Hidràulics, explora la relación entre el mar y el color, revelando los vestigios de una historia oculta bajo las aguas y las orillas de Villajoyosa. A través de fragmentos de baldosas hidráulicas encontradas, el proyecto traza un diálogo entre el pasado y el presente, donde el tiempo y el mar se convierten en narradores silenciosos. Erosionadas por el tiempo y el agua, estas baldosas se convierten en símbolos de una arqueología cromática, desvelando los matices de una cultura profundamente vinculada al mar.

Sandra Tortosa expresa sus propias emociones y pensamientos durante el proceso de un proyecto creativo; a través de la figura del perro, concretamente mascotas de Villajoyosa, que protagonizan la escena con la intención de que el espectador empatice con la emoción a través de un animal que forma parte de nuestro paisaje, entorno y hogar. Cada cuadro ha sido creado teniendo en cuenta la paleta de colores característica de las casas de Villajoyosa, utilizando esos tonos para representar las imágenes y transmitir emociones a través del color, que inunda toda la obra y condiciona el color del animal, el cual, pone en valor ese vínculo entre los humanos y los animales, como reflejos de nosotros mismos.

Jaume ”Mello” Llorca Soriano representa una mirada retrospectiva hacia su propia adolescencia. Una época en la que en este contexto socio juvenil frecuenta el parque, en concreto, el parque del río o “el anti”. Mientras que la mayoría opta por el consumo de un ocio concreto, el opta por permanecer al margen. De este modo se generan una serie de principios y costumbres propias. Para abordar esta cuestión, “Mello” pone en diálogo aspectos identificativos de este “ecosistema urbano” (colores y mobiliario) con una serie de estéticas y actitudes que remiten a las personas que formaban parte de esta realidad.

Juan Durán dice “se alza el barco pesquero como musa primordial, su esencia y la línea”. Desde esta fuente brotan elementos que se repiten y formas que sugieren la estructura de las naves pesqueras. Estas formas se elevan a lo abstracto, se simplifican en líneas y geometrías que evocan la navegación, así se descompone la figura real del barco para enaltecer la noción de deconstruir el concepto.

El público podrá visitar la exposición “Els nostres colors. Art emergent La Vila” hasta el 17 de noviembre en el Espai d’Art Contemporani La Barbera.