La Audiencia la considera autora de un delito continuado de estafa y le impone un año y nueve meses de cárcel

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a un año y nueve meses de prisión a una mujer por estafar a la anciana a la que cuidaba, tras sustraerle 31.457 euros de sus cuentas bancarias entre marzo y agosto de 2020, bien directamente en extracciones de cajero automático, bien con cargos de compras on line.

La sentencia, dictada tras un acuerdo de conformidad entre las partes fruto de la cual la mujer reconoció los hechos y se mostró de acuerdo con la pena impuesta, la considera autora de un delito continuado de estafa para la que aprecia la agravante de abuso de confianza y la atenuante de reparación del daño.

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La penada comenzó a trabajar como cuidadora de dos hermanas, de 85 y de 90 años respectivamente, desde el principio del año 2020 y hasta el fallecimiento de una de ellas, en agosto del mismo año.

La mujer trabajaba como interna y pasó el confinamiento provocado por la pandemia de Covid19 de forma permanente en casa de las hermanas.

Según considera probado la resolución, la condenada aprovechó la convivencia provocada por el confinamiento y el estado de salud de la víctima para conocer el lugar donde ésta guardaba su tarjeta bancaria. Además, conoció el número Pin que facilita el acceso a la cuenta porque escuchó decirlo a la sobrina de la anciana.

De este modo, con ánimo de enriquecerse y sin el conocimiento de la perjudicada, la realizó hasta 48 extracciones de 600 euros cada una en un cajero automático de una sucursal bancaria de Alicante.

 

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En total se apropió de 28.000 euros. Paralelamente, usó los datos de la tarjeta para realizar compras on line por valor de 2.657 euros, importe que le fue reintegrado a la víctima por parte del banco.

De los 28.000 euros sustraídos, se recuperaron 9.900 euros que se localizaron durante la investigación, cuando se practicó la entrada y registro en el domicilio de la ahora condenada.

La sentencia condena a la cuidadora a que abone 35.980 euros a la víctima, de los que ya consignó 19.900 euros en la cuenta del juzgado antes del inicio del juicio. La sentencia es firme y no puede recurrirse