El tiburón, un joven ejemplar de unos dos metros de longitud, fue trasladado a la Universidad de Valencia para llevar a cabo la necropsia. Durante el procedimiento, los veterinarios del Oceanogràfic certificaron que la causa de la muerte fue provocada por tres estocadas de un pez espada en el cerebro.

 

Este incidente no es aislado. En los últimos años se han documentado varios casos de tiburones azules con lesiones provocadas por peces espada, lo que ha llevado a la comunidad científica a seguir investigando estos casos.

Desde 2016, se han hallado varios casos de tiburones con heridas similares, lo que ha llevado a biólogos y veterinarios a estudiar la interacción entre estas especies. Además, se está investigando si se trata de un fenómeno reciente o de un comportamiento que ha pasado inadvertido.

A medida que aumentan los registros de tiburones con heridas causadas por peces espada, los expertos continúan analizando las interacciones y los posibles cambios en su entorno.